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FINAL DE LOS ESPAÑOLES EN LA NUEVA GRANADA
ARMANDO BARONA MESA *
Este texto fue presentado y leído por el autor
en el primer "Conversatorio sabatino de Historia" virtual **
realizado el 28 de noviembre de 2020, en el marco de nuevas actividades
programadas por la Academia de Historia del Valle del Cauca.
Enlace para acceder al VIDEO en diferido del evento, al final del texto **
Los españoles habían reinado por un poco más de
trescientos años en el país de mares donde confluía, para admiración de todos,
un nuevo océano que Vasco Núñez de Balboa llamó -en septiembre de 1513- el
Océano Pacífico. En ese momento dejó de existir aquella que los viejos
navegantes denominaban la Mar Océana; y se supo que el mundo era redondo y
continuaba más allá de este nuevo continente recién descubierto. Allí, al lado,
en una bahía placentera, se fundó la ciudad de Cartagena de Indias el 1o de
junio de 1533 por don Pedro de Heredia.
Pero es preciso anotar que ese imperio español en la
Nueva Granada no duraría solo hasta el 7 de agosto de 1819 con el triunfo en
Boyacá de los patriotas; sino que la bandera española, que tremolaba en la
muralla que protege a Cartagena, solo sería arriada cuando fue vencido el
último reducto de los peninsulares en la Ciudad Heróica, como la llamó Bolívar,
por el general almirante José Prudencio Padilla y el general Mariano Montilla,
después de un sitio prolongado. A un lado estaba el recién ascendido a coronel
efectivo, de veintiún años, José María Córdova.
Esas últimas fuerzas peninsulares se declararon
vencidas el 10 de octubre de 1821, según el acta de capitulación. Entonces,
rindiéndoles los honores correspondientes los patriotas, arriaron el estandarte
de España y se fueron hacia Cuba con la promesa de honor de nunca más volver
armados. Sin armas sí podrían.
Esta es la historia:
Mientras Bolívar en Barranquilla en el mes de agosto
de 1820 ordena a Córdova y a Maza la toma definitiva de Santa Marta, bajo el
mando del primero como comandante, quien aun conserva las insignias de teniente
coronel. Ambos son subordinados del aun coronel Mariano Montilla -ya ascendido
a general-, mientras se desarrollan estos planes.
Pero ocurre que cuando Córdova se encuentra
inspeccionando las fuerzas y los planes, sobrevino un desastre fortuito e
inesperado en Turbaco, población cercana a Cartagena y cuartel general de las
tropas republicanas, que desde allí alimentaban el sitio que han impuesto desde
un tiempo atrás a los realistas en Cartagena.
El 1 de septiembre de 1820 éstos, bajo la pasividad
y negligencia del coronel venezolano Ramón Ayala, comandante de las fuerzas
sitiadoras de Cartagena, fueron asaltados por los españoles a las seis y media
de la mañana, sin que hubiera ninguna organización preventiva de parte de las
tropas de Ayala, completamente desprevenidas, a pesar de que había sido
enterado de los planes realistas. Y los españoles dieron cuenta de ellos. Eran
mil hombres y solo se salvaron, dispersos por la región, unos doscientos.
Bolívar, muy preocupado por este insuceso, nombra a
Córdova como jefe del estado mayor para atender lo relativo a Cartagena. Por
cierto, cuando éste llega a Turbaco el 8 de septiembre de 1820, estaba
cumpliendo veintiún años.
Todo esto pasa cuando iba a darse inicio al
armisticio convenido entre Bolívar y Morillo, todavía en Venezuela.
Es claro que la pérdida que se había sufrido en
Turbaco después del fracaso por negligencia de Ayala y por supuesto de
Montilla, podía dar al traste con los esfuerzos y planes del Libertador en
relación con Venezuela. Por eso lo primero que hace es, sabiendo la experiencia
en el arma de caballería que había adquirido Córdova al lado de Páez, le ordena
que levante un escuadrón de jinetes y lanceros, órdenes que cumple a la
perfección el héroe antioqueño. Los dota de uniformes adecuados y los acompaña
de una fanfarria montada que eleve el ánimo en las batallas con la música
popular antioqueña.
Claro que Bolívar, mientras alienta personalmente
este frente de batalla, está con su incansable movilidad en Venezuela
dirigiendo asombrosamente sus fichas y enfrentando al español, menguado después
de la batalla de Boyacá. Se aproxima el gran triunfo final, que Morillo ya
había intuido.
Morillo sabe que la guerra está perdida para su
bando realista y así lo dice en un informe a sus superiores. Cumple recordar
que en la Península se han dado sucesos como la Revolución de Riego que hacen
imposible la llegada de refuerzos españoles; y es el propio Pacificador quien,
dejando de lado su soberbia, pide inicialmente un armisticio, cuando estos
sucesos se están cumpliendo en Cartagena, que habría de culminar con la
entrevista de Santa Ana, y por supuesto, todo esto habría de conducir a la fase
final cuando tiene lugar la batalla de Carabobo.
Pero volviendo al momento que nos ocupa en la costa
Caribe, es así que cuando Córdova se encuentra en Turbaco con sus tropas y de
comandante del Estado Mayor al entrar a regir el armisticio, por circunstancias
de caballerosidad independientes de la guerra, traba amistad con el comandante
de las fuerzas realistas de Cartagena, don Gabriel de Torres, alto oficial de
escuela. Es coronel, igual que Córdova.
Éste, en pleno armisticio y con esa rara hidalguía
que le caracterizaba, invita a Córdova a ver sus batallones y el adiestramiento
que tienen dentro de la ciudad amurallada. Aunque parezca raro, no es fingido,
es sincero. Y Córdova visita a Cartagena y observa.
El historiador Roberto Botero Saldarriaga describe
así este episodio:
“El instruido y astuto coronel Torres hizo
uniformar de parada al veterano regimiento de León, luego lo hizo desfilar bajo
los balcones de su casa y en la plazoleta el Regimiento se dedicó a maniobrar
con la precisión, con la veteranía de aquellos cuerpos peninsulares que
hicieron la guerra en España al emperador Napoleón, es decir admirablemente. El
joven soldado montañés miraba con complacencia la bizarría y conocimientos de
aquellos valientes, y su alma llena de fuego y de vehemencia no pudo contener
que de sus labios surgiera noble, francamente, un sonoro: ¡Admirable!
Torres contestó: - Pero Ud. manda un batallón que
tiene fama de ser muy disciplinado, valiente, y de hombres altos y buenos
mozos.
’’ -Lo único que saben, y nadie les supera, es ...
cargar a la bayoneta, contestó concienzudamente el intrépido joven coronel
Córdova.”
Cartagena, bajo el dominio de las fuerzas realistas
que la ocupaban, debió soportar un asedio de trece meses, que no cesó con el
armisticio, pues todos estaban en sus puestos aunque sin atacarse. Solo se
silenciaron los cañones y fusiles.
Entre tanto y antes del arministicio, la excursión a
Santa Marta se cumplió satisfactoriamente el día 11 de noviembre de 1820, bajo
el mando en tierra de Montilla, Brion por el mar y José Prudencio Padilla por
la Ciénaga Grande. Tomaron Santa Marta y Ciénaga. El coronel Hermógenes Maza
estuvo brillante y después de la victoria permaneció en esa ciudad donde se
enamoró y casó en medio de murgas bullangueras y baile. ¡Costeños al fin y al
cabo!
El armisticio duró hasta el 4 de mayo de 1821.
Padilla tomó entonces con sus numerosos barcos el canal del Dique y el 24 de
junio se dio una primera batalla conocida como “La noche del San Juan”, que
Urueta y Piñeres describe:
“Reforzados los defensores de la libertad con tan
importante auxilio (los
43 buques de Padilla), pudieron emprender nuevamente operaciones:
resolvieron un proyecto fabuloso, de casi imposible realización: sorprender y
tomar las fuerzas sutiles españolas que se encontraban amparadas por las
baterías de la plaza. Concertado el plan con el ejército de tierra para figurar
un ataque general a la plaza y hacerlo efectivo sobre las fuerzas sutiles
españolas, la escuadrilla de Padilla se apostó en el Manzanillo, a las ocho de
la noche del 24 de junio, y a las 12 se retiró la ronda para ser relevada, y
aprovechando esta oportunidad, los republicanos siguieron las aguas de ésta, y
rompiéndose los fuegos en todos los puntos de la línea, Padilla logró sacar,
después de un horrible combate al arma blanca, y bajo los fuegos de las
baterías del Reducto, cerro (Castillo de San Felipe), Santa Isabel, Barahona y
San Ignacio, todos los bongos, lanchas y barcas existentes en el Arsenal.
“Distinguiéronse en esta acción todos los oficiales
y soldados de la escuadrilla, pero fueron especialmente recomendados en el
parte de la acción los oficiales Jacinto Quintana, José Lascano, Antonio
Villanueva, Antonio Hernández y José Antonio Padilla.
“Los patriotas se hicieron dueños de 11 buques de
guerra con su artillería correspondiente, constante de diez cañones de calibre
24, 66 fusiles, muchas lanzas y 12 barriles de pólvora. Fueron echados a pique
el bergantín español Andaluz y un bongo; y perecieron en el combate 110 españoles.”
Pero, aunque los españoles quedaban muy maltrechos,
aun no terminaba el sitio de Cartagena, que Montilla y Padilla apretaron más.
Los españoles que ocuparan los castillos de San Felipe, San José y San
Fernando, absolutamente bloqueados y sin abastecimientos ni forma de
adquirirlos, pidieron al comandante externo español de la ciudad, Teniente
Coronel José María del Olmo, que hiciera una capitulación ante el Comandante
Montilla, ya ascendido formalmente a general -igual que Córdova a coronel-.
La capitulación se dio y Montilla otorgó
salvoconductos a los jefes españoles para que pudieran evacuar el país con
rumbo a Cuba. Pero también incluía el acuerdo que el personal de tropa
española, que estaba casi todo compuesto por criollos, de modo voluntario
pudiera cambiar el uniforme español por el de Colombia, cosa que hicieron y
pasaron a engrosar las filas patriotas.
Eso ocurrió el 10 de julio de 1821, y ese mismo día,
los castillos mencionados de la muralla fueron ocupados por los republicanos y
sobre ellos flameó la bandera tricolor de Miranda.
De hecho la situación llegaba a su final. Solo había
cosas de honor en las peticiones de los peninsulares. Los españoles debían
salir para Cuba en barcos suministrados por los republicanos -todos habían sido
tomados al enemigo- y acatando éstos con todo el respeto su jerarquía militar.
Montilla aceptó todo, menos que la salida de éstos
hacia el territorio español de Cuba se hiciera antes de la entrada de los
patriotas republicanos. Y así se hizo.
Estando los españoles presentes, entraron las
fuerzas americanas y en marcial parada militar arriaron el estandarte español e
izaron la bandera tricolor de la República de Colombia.
Luego se les rindieron los honores a los
peninsulares y se les tributó el respeto debido a sus grados militares; y ellos
se embarcaron con la promesa, igualmente de honor, de no volver a territorio
colombiano en armas.
En el ambiente sonaban los bambucos y la música
autóctona que manejaba Córdova. Se fueron y allí quedaron solo los criollos.
Cartagena había soportado el último de los sitios y ocupaciones, que fueron
muchos, para ser libre por todos los siglos venideros.
* http://ntc-narrativa.blogspot.com/2019_09_20_archive.html
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SEGUIMIENTOS Y ACTUALIZACIONES:
** Noviembre 28 de 2020
Conversatorios Sabatinos de Historia
Academia de Historia del Valle del Cauca
De: mario andres llano
restrepo mario.llano@correounivalle.edu.co
Date: sáb, 28 nov 2020 a las 18:36
Subject: Difusión del video y del texto de la exposición del Conversatorio Sabatino de Historia
To: NTC ntcgra@gmail.com, Armando Barona
armandobaronamesa@yahoo.com
Por sugerencia planteada por
Armando Barona Mesa, Vicepresidente de la Academia de Historia del Valle, al
término del primer conversatorio sabatino de historia realizado hoy sábado 28
de noviembre, me permito enviarles el enlace * a la grabación y el texto ** del
conversatorio para pedirles el gran favor a nombre de la academia, le hagan, si
es posible, la edición técnica que sea necesaria a la grabación y la difundan a
través del canal de NTC … .
Atentamente,
Conversatorios sabatinos
Mario
Andrés Llano Restrepo ***
Miembro
de Número
Coordinador
de los Conversatorios Sabatinos de Historia
Academia
de Historia del Valle del Cauca
** https://drive.google.com/file/d/1wamrmBDO213MTzd9p3Wu7ZP95Q5W20_M/view
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** El texto, NTC ... lo había publicado el 11 de noviembre de 2020, como aparece en esta página
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*** https://www.facebook.com/marioandres.llanorestrepo.1
http://ntc-documentos.blogspot.com/2019_12_07_archive.html
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